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jueves, 19 de agosto de 2010

LECTURA DEL TAROT ONLINE

 

SOLO CON TU NOMBRE Y FECHA DE NACIMIENTO,  LECTURA PASADO,PRESENTE., FUTURO, AMOR, VIAJES Y TRABAJO.

lunes, 12 de julio de 2010

VIDENCIA

La Videncia es una forma que utilizan algunas personas que afirman tener la supuesta habilidad o la práctica de aquellos que afirman poder predecir hechos venideros, por sí mismas o mediante el uso de sortilegios. Históricamente esta habilidad ha sido siempre compensada por algún tipo de retribución económica, aunque algunas personas dicen practicarla sin ánimo de lucro. Videncia o clarividencia, también llamada adivinación es la supuesta cualidad que poseerían.

La capacidad atribuida de adivinar el futuro es una creencia que se pierde en la noche de los tiempos, indudablemente asociada a la ansiedad que siente el ser humano por su futuro y por lo impredecible. Abierta o clandestinamente, está presente en todas las sociedades y culturas sin excepción alguna, desde el Neolítico a nuestros días y a pesar del triunfo del empirismo científico como visión cosmológica dominante.

Las personas a las que se atribuye tal habilidad suelen estar revestidas a los ojos de la sociedad con alguna cualidad especial, bien sea innata («tener don», «venir de familia», etcétera) o adquirida mediante iniciación u ordenación sacerdotal o de cualquier otro tipo, incluida la «superioridad» que proporciona el hecho de aparecer, por ejemplo, en televisión.

Hoy por hoy, la videncia se practica abiertamente en la mayoría de sociedades occidentales a través de consultas o mediante medios telefónicos, casi siempre apoyándose en algún sortilegio como la cartomancia, astrología, etc; que parece dotar al vidente de mayor autoridad. Jurídicamente se considera bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas, si bien ello no impide que se persigan las estafas de importancia cometidas por videntes basándose en la credulidad o deseo de creer de muchas personas.

Antiguamente la palabra se utilizaba también para definir a aquellas personas con el don de la profecía en un contexto religioso, pero este uso se ha perdido. En el contexto religioso, había los adivinos entrenados, los que supuestamente tenían el don y habían sido formados por otros adivinos expertos. En el otro extremo, estaban los hombres y mujeres sabios de los pueblos, que ayudaban a la comunidad en la que vivían sin pedir nada a cambio y la gente solía darles la "voluntad", es decir, lo que pudiesen pagarles, ya fuera comida, leche o dinero. Estos hombres y mujeres, además, conocían a la perfección la medicina tradicional y conocían toda clase de plantas y setas curativas y venenosas, por lo que la gente de los pueblos solía ir a pedirles ayuda en cuánto estaban enfermos. No obstante, años más tarde, empezó a considerárseles brujas y brujos, por lo que éran perseguidos por lo ya conocido como "Caza de Brujas" durante la Inquisición. Durante éstos años de "Caza de Brujas", se podía acusar de bruja a una chica joven por que su mascota era un gato negro o una anciana por que vivía sola en una casa o a un hombre que conocía a la perfección la medicina tradicional.

[editar] Artes adivinatorias

Tanto Platón como Cicerón concebían dos formas de adivinación: una inductiva considerada arte y otra natural, deductiva e intuitiva. Con la inspiración, se consideraba que el adivino era poseído por un genio o demonio, que le sumía en un trance o manía, palabra de la cual deriva mantike: mancias o artes adivinatorias.[1]

Los antepasados veían los elementos de la naturaleza como algo sagrado, y los utilizaban para fines adivinatorios:[2]

  • Adivinación mediante el aire: austromancia, ceraunomancia, caomancia, meteoromancia.
  • Adivinación mediante el agua: hidromancia. La cafetomancia o adivinación en la taza de café.
  • Adivinación a través del fuego: calcinomancia, capnomancia, ceraunioscopia, ceromancia, molibdomancia, sideromancia, teframancia y la piromancia que agrupa la capnomancia y la piroscopia.
  • Adivinación a través de la tierra: geomancia. La leconomancia o adivinación a través de las piedras preciosas. La cristalomancia.
  • Adivinación a través del éter: Astrología.
  • La metoposcopia o adivinación a través de los lunares.
  • La oniromancia
  • Los augurios o adivinación con base en el vuelo de las aves.
  • Los presagios como origen de la observación deductiva de los antepasados.

viernes, 2 de julio de 2010

Historia del Tarot

 

El origen hiTAROT3stórico del tarot está rodeado de misterio y conjeturas. 

La adivinación se remonta a tiempos ancestrales, y el conocer el destino se practicaba en tiempos inmemoriales.

Mucho se ha hablado sobre los oráculos, la videncia, el espiritismo, la cartomancia, la quirología, etc ...; desde antes, incluso, del Imperio Romano y la Antigua Grecia.

No se conoce con certeza la procedencia del Tarot. Algunos datan su origen en la época egipcia; otros afirman que viene de Oriente, y otros determinan que fue en la Edad Media. En sus símbolos se han detectado influencias  tan variadas como ritos griegos, el gnosticismo, el neoplatonismo, el hermetismo, los cátaros, las antiguas filosofías árabes e indicas y la cábala judía.

Otros expertos señalan que hay mucha semejanza entre el Tarot y el antiguo ajedrez indio, y otros estudiosos afirman que fueron creados por cabalistas judíos en Fez, en el año 200.

No obstante, la mayoría de los expertos opinan que la introducción y difusión del Tarot por Europa y Occidente se debe a los zíngaros.

Han existido varios Tarots desde épocas muy remotas, pero hay una grandísima semejanza, por no mencionar la palabra equivalencia, entre todos ellos. Sin embargo, el Tarot que más aceptación tuvo fue el de Marsella, compuesto por 22 Arkanos Mayores y 56 Arkanos Menores. El Tarot de Marsella presentaba personajes enteros y no desdoblados, la numeración aparecía en la parte superior en romano, y el nombre de la carta en francés en su parte inferior. La época en que se data se remonta al Siglo XV. Muy probablemente el tarot fue anterior a los naipes, aunque están relacionados entre sí. Hay pruebas de que los naipes se extendieron por Europa mucho antes del siglo XV.

Las apuestas con cartas fueron prohibidas en la Alemania actual hacia 1378, aunque en 1379 fueron uno de los actos más relevantes de un festival celebrado en Bruselas, y en el mismo año, los libros de contabilidad del Duque de Brabante (Bélgica) registraron una suma pagada por una baraja. En 1380, el Código de Nuremberg aprobó las partidas y, tres años más tarde, fueron autorizadas en Florencia.

Sin embargo, en 1397 los parisinos aún tenían prohibido jugar a las cartas durante los días laborales.
A finales de la Edad Media, la iglesia, que se oponía al juego y a su especial énfasis en la suerte, y consideraba las cartas como un medio para unir a la gente con el pecado, procedió a la quema de muchas barajas de tarot. El primer ataque conocido fue redactado en 1377 por un monje suizo. Al parecer, el objeto de sus críticas no fue una baraja de 78 cartas, ni tan sólo las 22 cartas principales del tarot, sino un juego de 56, posible precursor de la baraja moderna. En 1450, un fraile franciscano del nortre de Italia denunció las imágenes paganas que aparecían en las cartas. Su ataque retomaba la cruzada inicida por san Bernardino de Siena contra la práctica del juego, generalizada en Italia. En 1423, Bernardino fue el responsable de la destrucción de una serie de barajas diseñadas para importantes familias italianas.
La baraja Visconti, creada por Filipo Visconti, duque de Milán, se salvó milagrosamente de las llamas, y es una de las barajas más famosas que han llegado hasta nuestros días.